Resumen
Al conversar con mensajeros celestiales, Nefi tuvo una visión del Salvador del mundo y llegó a comprender personalmente lo que brinda más gozo: el amor de Dios. Después de observar en una visión la apostasía y la destrucción que acontecerían a su pueblo, vio que una iglesia grande y abominable corrompería las enseñanzas de la Biblia y lucharía contra los santos de Dios. Sin embargo, también vio que el Evangelio sería restaurado y que bendeciría a todos los que aceptaran las enseñanzas y los convenios del Salvador. Nefi vio los acontecimientos de la Restauración mucho antes de que sucedieran y comprendió la importante función que su registro desempeñaría en ella.
Aclarando puntos doctrinales
¿Quién es el Espíritu que le habla a Nefi al comienzo de esta visión?
El élder James E. Talmage (1862–1933), del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Mediante la maravillosa entrevista entre el Espíritu y Nefi, en la que Él se reveló al profeta, le hizo preguntas respecto a sus deseos y creencias, lo instruyó en las cosas de Dios y le habló cara a cara, se indica que el Espíritu del Señor es capaz de manifestarse a Sí mismo en la forma y la figura de un hombre (James E. Talmage, The Articles of Faith, 1968, págs. 159–160; véase también Marion G. Romney, “The Holy Ghost”, Ensign, mayo de 1974, págs. 90–92).
¿Qué han enseñado los líderes de la Iglesia acerca de la condescendencia de Dios?
El profeta José Smith (1805–1844) dijo:
Al considerar la santidad y la perfección de nuestro gran Maestro, que ha abierto un camino por el cual podamos venir a Él, aun con el sacrificio de Sí mismo, nuestro corazón se enternece ante Su condescendencia (Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 56).
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
Jesús fue el Primogénito entre los espíritus y el Hijo Unigénito de Dios en la carne. Aunque no somos “engendrados de Dios en la carne”, somos, al igual que Jesús, hijos de Dios procreados en espíritu. Por tanto, nuestro nacimiento en la vida terrenal es también semejante a una condescendencia y, así como la de Cristo, tiene un noble propósito. Así como Jesús, nosotros descendimos de los cielos para hacer la voluntad de Aquel que nos envió y para lograr, con la gracia de Cristo, la inmortalidad y la vida eterna. ¿No sería importante para nosotros que al procurar “[ascender] a lo alto”, también descendiéramos por lo menos por debajo de algunas cosas a fin de que comprendiésemos mejor y fuésemos más como Cristo? Si Jesús necesitó ciertas experiencias, ¿necesitaríamos también nosotros algunos desafíos y pruebas “para que [nuestras] entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne [sepamos] cómo [socorrernos los unos a los otros], de acuerdo con [nuestras] enfermedades” [Alma 7:12]? (véase D. Todd Christofferson, “La condescendencia de Dios y del hombre”, Devocional de Navidad de la Primera Presidencia, 7 de diciembre de 2014; LaIglesiadeJesucristo.org).
Algunos significados
Los gentiles descubren y colonizan la tierra prometida.
La iglesia grande y abominable corrompe el registro de los judíos (la Biblia).
1 Nefi 13:35, “estas cosas”: El Libro de Mormón
1 Nefi 13:39, “otros libros”: Incluyen el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, la Perla de Gran Precio y la Traducción de José Smith de la Biblia
1 Nefi 13:39, “escritos de los profetas y de los doce apóstoles del Cordero”: La Santa Biblia
El registro de los nefitas (el Libro de Mormón) y otras Escrituras establecen la veracidad del registro de los judíos (la Biblia) y restauran verdades claras y preciosas.
Sale a luz una obra maravillosa (la Restauración del Evangelio). Los gentiles eligen si aceptan o rechazan sus bendiciones.
1 Nefi 13. ¿Qué significa el término “gentiles” en el Libro de Mormón?
La palabra gentiles puede significar “las naciones”. Se refiere a (1) los que no son de la casa de Israel, (2) los que no creen en el Dios de Israel o no tienen el Evangelio, independientemente de su linaje, y (3) las personas que no son de la tierra de Judá o no viven allí. Por ejemplo, a los peregrinos y a los colonos en las Américas se los llama gentiles en 1 Nefi 13:3–13. A aquellos que sacaron a luz el Libro de Mormón se los llama gentiles en 1 Nefi 13:38. Los gentiles también sacaron a luz Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio (véanse 1 Nefi 13:39; Doctrina y Convenios 109:60).
1 Nefi 13:12. ¿Quién es el hombre que aparece en la visión de Nefi?
El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) señaló que el hombre que salió de entre los gentiles era Cristóbal Colón:
Dios inspiró “entre los gentiles a un hombre” (1 Nefi 13:12) que, por el Espíritu de Dios, fue guiado a redescubrir la tierra llamada América y de ese modo hizo que la gente de Europa estuviera al tanto de esta tierra nueva y rica. Ese hombre, por supuesto, era Cristóbal Colón, que dio testimonio de que fue inspirado en lo que hizo.
“Nuestro Señor”, dijo Colón, “abrió mi mente, me envió a la mar y me infundió el fuerte deseo de lograr esa hazaña. Los que oyeron de mi empresa la llamaron insensata, se burlaron y se rieron, mas ¿quién puede dudar que me inspiró el Espíritu Santo?” (Jacob Wasserman, “Columbus, Don Quixote of the Seas”, págs. 19–20; en The Teachings of Ezra Taft Benson, 1988, pág. 577).
1 Nefi 13:20–29. ¿Por qué son tan importantes el Libro de Mormón y otras Escrituras de los últimos días?
El profeta José Smith enseñó que “se habían quitado de la Biblia muchos puntos importantes tocantes a la salvación del hombre, o se habían perdido antes de su compilación” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 229). También dijo que él creía en la Biblia “tal como se hallaba cuando salió de la pluma de sus escritores originales”, y que los “traductores ignorantes, los escribientes descuidados y los sacerdotes intrigantes y corruptos ha[bía]n cometido muchos errores” (Enseñanzas: José Smith, pág. 217).
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Los elementos […] desaparecidos de la Biblia eran partes “claras y sumamente preciosas”. Eran claras por su sencillez y exactitud, fáciles al “entendimiento de los […] hombres”; eran preciosas por su pureza y profundo valor, por su significado salvador y su importancia eterna para los hijos de Dios (Jeffrey R. Holland, Christ and the New Covenant: The Messianic Message of the Book of Mormon, 1997, pág. 5).
1 Nefi 14:10. ¿Cuáles son las dos iglesias que se mencionan?
El élder Dallin H. Oaks dijo que la “iglesia grande y abominable” que Nefi describió debe “ser cualquier filosofía u organización que se opone a la creencia en Dios. Y el ‘cautiverio’ al que esta ‘iglesia’ procura llevar a los santos no será tanto un confinamiento físico, sino el cautiverio de falsas ideas” (“Ser testigos de Dios”, Liahona, marzo de 2015, págs. 20–21).
¿Cómo bendecirá Dios a los justos en los últimos días?
El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Hermanos y hermanas, vivimos en los días previos a la segunda venida del Señor, un momento esperado por los creyentes a través de los siglos. Vivimos en días de guerras y rumores de guerras, días de desastres naturales, días en los que el mundo está dividido por la confusión y la conmoción.
Pero también vivimos en la gloriosa época de la Restauración, cuando el Evangelio se predica por todo el mundo; la época en que el Señor ha prometido que “levantar[á] […] un pueblo puro” [Doctrina y Convenios 100:16] al cual armará con “su rectitud y el poder de Dios” [1 Nefi 14:14].
En estos días, nos regocijamos y rogamos que podamos afrontar con valentía nuestras dificultades e incertidumbres (véase Neil L. Andersen, “Venga tu reino”, Liahona, mayo de 2015, pág. 119).