Mormón 7-9 Lo que han dicho los profetas

Escrito el 05/11/2024
Hernán Felipe Toledo

Clase Ven Sígueme

En The ChurchNews se ha compartido un buen resumen de lo que nuestros líderes han dicho respecto de esta última parte de El Libro de Mormón. La guía de estudio de esta semana “Ven, sígueme” cubre Mormón 7 a 9, que incluye las invitaciones de Mormón a la casa de Israel y los escritos de Moroni a los incrédulos.

A continuación se presentan algunas citas de líderes de la Iglesia, pasados y presentes, acerca de estos capítulos del Libro de Mormón.

Mormón 7

“No sé si … mis antepasados por quienes ya se ha efectuado la obra del templo han aceptado el evangelio de Jesucristo en el mundo de los espíritus. Sin embargo, puedo tener esperanza, puedo ejercer la fe, puedo hacer y guardar convenios con Dios, y puedo vivir mi vida de manera tal que me permita estar con mis antepasados ‘en un estado de felicidad que no tiene fin’ (Mormón 7:7).

“Y cuando llegue al otro lado del velo, si ellos aún no han aceptado el evangelio de Jesucristo, ¡entonces me aseguraré de enseñárselo! Añoro darles un abrazo, decirles cuánto los quiero, tener conversaciones de corazón a corazón que nunca tuve con ellos cuando estaban con vida, y testificarles que ‘Jesús es el Cristo, el Eterno Dios’ (portada del Libro de Mormón)”.

—Hermana Reyna I. Aburto, entonces segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, en el artículo de la revista Liahona de septiembre de 2020 “Milagros de sanación mediante las ordenanzas del templo

Mormón 8

“Es cierto que vivimos en una época predicha en las Escrituras como un día de ‘guerras, rumores de guerras y terremotos en diversos lugares’ (Mormón 8:30), cuando ‘… toda la tierra estará en conmoción, y desmayará el corazón de los hombres…’ (D. y C. 45:26).

“Pero, ¿cómo influye eso en nosotros como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días? ¿Vivimos con temor, miedo y preocupación? ¿O no tenemos razón para regocijarnos en medio de todas nuestras tribulaciones? …

“Mis queridos hermanos y hermanas, ¿no son el evangelio restaurado de Jesucristo y nuestra condición de miembros de Su Iglesia grandes razones para regocijarnos?”

— Élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2007, “¿No tenemos razón para regocijarnos?”

Moroni escribe sobre las planchas de oro en esta imagen de los Videos del Libro de Mormón. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

“Tal vez las enseñanzas y el ejemplo de Moroni le hayan servido al profeta José para aprender a ser testigo en un mundo inicuo. Moroni vivió en la clase de mundo que él predijo que existiría en tiempos modernos, un ‘día en que habrá… asesinatos, y robos, y mentiras, y engaños, y fornicaciones, y toda clase de abominaciones’ (Mormón 8:31).

“Moroni también había experimentado la soledad y el desaliento. Después de una grande y terrible batalla entre los nefitas y los lamanitas, en la que todo su pueblo fue destruido, se lamentó, diciendo: ‘…me hallo solo. Mi padre ha sido muerto en la batalla, y todos mis parientes, y no tengo amigos ni adónde ir; y cuánto tiempo el Señor permitirá que yo viva, no lo sé’ (Mormón 8:5). ¿Pueden percibir la soledad y el desaliento de Moroni?

“Sé que a veces muchas de nosotras también nos sentimos solas y sin amigos en un mundo inicuo; algunas de nosotras pensamos que no tenemos ‘adónde’ acudir al enfrentarnos con nuestras pruebas, pero tanto ustedes como yo no sólo podemos sobrevivir, sino salir triunfantes, como Moroni, al esforzarnos por defender la verdad en tiempos peligrosos. ¿Qué hizo él al enfrentarse con un mundo solitario y hostil? En fiel obediencia a las instrucciones de su padre, terminó el registro en las planchas de oro; se familiarizó con los escritos de los profetas y, sobre todo, salió de su estado de desánimo al aferrarse a las promesas del Señor para el futuro; se aferró a los convenios que Dios había hecho con los de la casa de Israel para bendecirlos para siempre”.

— Hermana Susan W. Tanner, entonces presidenta general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 2005, “Alegres nuevas de Cumorah

“El profeta Mormón lo dijo de otra manera: ‘¿Por qué os avergonzáis de tomar sobre vosotros el nombre de Cristo? ¿Por qué será que por motivo de la alabanza del mundo no consideráis que es mayor el valor de una felicidad sin fin que esa miseria que jamás termina?’ (Mormón 8:38).

“Cuando sentimos añoranza y no nos damos cuenta de que es lo que añoramos, quizás sea que nuestra alma este añorando su hogar, que anhele no continuar separada del Señor sino tratar de elevarse a un plano mucho más alto, mejor y más satisfactorio que cualquier cosa que esta tierra pudiera ofrecerle”.

— El difunto élder Marvin J. Ashton, en ese entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, en la conferencia general de octubre de 1992, “Añoranza del hogar

“El profeta Mormón nos dice que ‘por el poder de [la] palabra [del Señor] causaron que se derribaran las prisiones’ (Mormón 8:24). …

“¿No hemos sido todos liberados de diversas formas de cautividad? ¿Cómo nos sentimos cuando se abrieron las puertas de nuestra prisión personal? ¿Que sentimos al vernos libres? ¡Cuan maravilloso es sentirse libre de cualquier clase de prisión! …

“Entonces me puse a pensar en El, en Aquel que realmente nos libera de diversos tipos de prisiones y nos abre las puertas al perdón, a una renovación de la vida, del espíritu, del cambio y de la oportunidad, y en quien el alma del hombre encuentra inmenso alivio, satisfacción y seguridad cuando esto ocurre. Pensé en el Hijo de Dios y en Su más grande don para cada uno de nosotros, ofrendado a expensas de Su propia vida y en medio de espantoso sufrimiento. Pensé en cuanto nos ama nuestro Padre Celestial y en que aun cuando a veces entramos en prisiones de nuestra propia hechura, allí está El con las llaves para abrir esas puertas que nos mantienen encerrados”.

— El difunto élder James M. Paramore, en ese entonces Setenta Autoridad General, en la conferencia general de octubre de 1992, “Por el poder de Su palabra causaron que se derribaran las prisiones

“Moroni, el último de los escritores inspirados, vio en realidad nuestros días y nuestra época. “He aquí”, dijo, “el Señor me ha mostrado cosas grandes y maravillosas concernientes a lo que se realizará en breve, en ese día en que aparezcan estas cosas entre vosotros.

“’He aquí, os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras’ (Mormón 8:34–35).

“Si vieron nuestros días y escogieron aquellas cosas que serían de mayor valor para nosotros, ¿no es así como deberíamos estudiar el Libro de Mormón? Constantemente deberíamos preguntarnos: ‘¿Por qué el Señor inspiró a Mormón (o Moroni o Alma) a incluir eso en su registro? ¿Qué lección puedo aprender de eso para ayudarme a vivir en esta época?’”

— El difunto presidente Ezra Taft Benson, entonces presidente de la Iglesia, conferencia general de octubre de 1986, “El Libro de Mormón: La piedra angular de nuestra religión” (en inglés)

Mormón 9

"Mormón compendiando las planchas" es de Tom Lovell. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

“Queridos hermanos, debemos despertar para ver cómo las costumbres del mundo que se aceptan comúnmente asfixian nuestro poder en el sacerdocio. Si creemos que podemos aunque sea juguetear con la pornografía, o quebrantar la ley de castidad o ser deshonestos de alguna manera, sin que nos afecte negativamente a nosotros y a nuestra familia, han sido engañados. Moroni afirmó: ‘…mirad que hagáis todas las cosas dignamente’ (Mormón 9:29). … Si existen pecados sin resolver que no nos permitan ser dignos, tenemos que cambiar”.

— Élder Donald L. Hallstrom, entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2014, “¿Qué clase de hombres?”

“Muchos creen que la revelación terminó con la Biblia, aun cuando la Biblia misma es un testimonio del patrón de revelación que Dios estableció a lo largo de 4000 años de la existencia del hombre. Pero, una doctrina incorrecta como ésta, es como la ficha de dominó que se empuja y causa la caída de todas las otras, o en este caso, la caída de las doctrinas correctas. Creer que la revelación ha cesado causa que la doctrina de que ‘Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre’ (Mormón 9:9) se desmorone. … Afortunadamente, el Libro de Mormón restaura la verdad bíblica de la revelación continua:

“’Y también os hablo a vosotros que negáis las revelaciones de Dios y decís que ya han cesado, que no hay revelaciones …

“‘¿no leemos que Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre?’” (Mormón 9:7, 9).

“En otras palabras, si Dios, que no cambia, habló en tiempos antiguos, hará lo mismo en tiempos modernos”.

— Élder Tad R. Callister, en ese entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2011, “El Libro de Mormón: Un libro proveniente de Dios

“Una de las cosas que aprendí yo de esa lectura más reciente del Libro de Mormón fue cuán grande es el amor de Dios por todos Sus hijos de todas las naciones. … El Libro de Mormón enseña una y otra vez que el Evangelio de Jesucristo es universal en su promesa y su efecto, dirigiéndose a todos los que han vivido, o que vivan, o que vivirán en la tierra. Aquí daré algunos ejemplos, citados de ese libro. …

“‘Y a causa de la redención del hombre, que vino por Jesucristo… son redimidos todos los hombres…' (Mormón 9:13)”.

— Presidente Dallin H. Oaks, entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2006, “Para todos los hombres, de todas partes

Moroni viaja solo en esta imagen de los Videos del Libro de Mormón. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

“Gracias al arrepentimiento y a la expiación de Jesucristo, nuestros vestidos pueden ser sin mancha, puros, hermosos y blancos. Moroni suplicó, diciendo: ‘Volveos, pues, oh incrédulos, volveos al Señor; clamad fervientemente al Padre en el nombre de Jesús, para que quizá se os halle sin mancha, puros, hermosos y blancos, en aquel grande y postrer día, habiendo sido purificados por la sangre del Cordero’ (Mormón 9:6). …

“Venimos a este mundo en muchos colores, formas y circunstancias. Para ser salvos en el reino de Dios, no tenemos que ser ricos, altos, delgados, muy inteligentes ni hermosos; sólo tenemos que ser puros. Debemos ser obedientes al Señor Jesucristo y guardar Sus mandamientos. Y eso es algo que todos podemos hacer, sea cual sea nuestro lugar de residencia o nuestro aspecto”.

— Élder Clate W. Mask Jr., en ese entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2004, “Presentarnos sin mancha ante el Señor

“Tal como Moroni de antaño, creo en un Dios de milagros. Moroni escribió a la gente de nuestra dispensación: ‘Mas he aquí, yo os mostraré un Dios de milagros… y es ese mismo Dios que creó los cielos y la tierra, y todas las cosas que hay en ellos’ (Mormón 9:11). Moroni proclamó que Jesucristo hizo muchos milagros grandiosos, que por mano de los apóstoles se realizaron potentes milagros, y que un Dios que es el mismo ayer, hoy y siempre, debe ser un Dios de milagros también hoy (véase Mormón 9:18; 9:9). …

“De igual importancia que esos ‘grandiosos milagros’, son los ‘milagros privados’ más pequeños que nos enseñan a tener fe en el Señor; éstos se reciben al reconocer y dar oído a los susurros del Espíritu en nuestra vida diaria”.

— Hermana Sydney S. Reynolds, entonces primera consejera de la presidencia general de la Primaria, en la conferencia general de abril de 2001, “Un Dios de milagros